En Chile, se calcula que las defunciones derivadas por ACV equivalen a 1 muerte cada 72 minutos. Un panorama que causa preocupación, y que, según los últimos datos recolectados por el Ministerio de Salud, en el año 2021 hubo 29.542 egresos hospitalarios por ACV, posicionándose como la segunda causa de mortalidad, después de las isquémicas del corazón, esto sin considerar la pandemia por SARS-CoV-2.
Dado este panorama es que Pfizer junto a la Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Vascular (Sochicar), realizaron durante agosto una serie de actividades en más de 6 comunas de Santiago con eventos multitudinarios que convocaron a centenares de personas con controles de salud gratuitos durante agosto. Una actividad que fue muy valorada por retomar iniciativas cercanas a la comunidad y poder fomentar hábitos que aporten a la prevención de estas enfermedades.
El Doctor Ronald Vargas, Director Médico del Clúster Andino de Pfizer, comenta que “las enfermedades cardiovasculares pueden tener consecuencias graves y es fundamental tomar medidas preventivas para proteger nuestra salud”. Asimismo, resalta que “algunas medidas al alcance de todos para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares son: una dieta equilibrada, ejercicio regular, evitar la exposición a nicotina, mantener un peso adecuado, dormir el tiempo suficiente y controlar la presión arterial y los niveles de colesterol”.
El Accidente Cerebrovascular (ACV): Una Emergencia Médica
Un accidente cerebrovascular sucede cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene. Algunas veces, se denomina “ataque cerebral”. Si el flujo sanguíneo se detiene por más de pocos segundos, el cerebro no puede recibir nutrientes y oxígeno. Las células cerebrales pueden morir, lo que causa daño permanente.
Existen dos tipos principales de ACV: el isquémico y el hemorrágico. El primero se debe a un bloqueo del flujo normal de sangre hacia el cerebro. El segundo, es menos frecuente, pero más letal, y se produce cuando se rompe un vaso sanguíneo cerebral, originando un derrame.
Es fundamental reconocer los síntomas de un ACV a tiempo, ya que su rápida identificación puede marcar la diferencia entre una recuperación exitosa y posibles secuelas permanentes. Los 3 síntomas más comunes de un ACV son la pérdida de la fuerza en un brazo o en una mitad del cuerpo, la parálisis de la mitad de la cara, y la dificultad para hablar o hacerse entender. Cualquiera de estos 3 síntomas, si se produce de manera repentina, supone un ACV.
Infarto al Corazón: Una Amenaza Silenciosa
El Infarto al Corazón, también conocido como ataque cardiaco, ocurre cuando una parte del músculo cardíaco muere debido a la falta de flujo sanguíneo. Esto generalmente ocurre cuando una arteria coronaria (son las arterias que llevan sangre y oxígeno al corazón), se bloquea debido a la acumulación de grasa y colesterol, lo que interrumpe el suministro de sangre y oxígeno al corazón. Al igual que el ACV, el tiempo es crucial en el manejo de un infarto al corazón.
Los síntomas de un infarto al corazón pueden variar, pero los más comunes incluyen dolor o molestias en el pecho, que puede irradiar hacia el brazo izquierdo, hombro, cuello o mandíbula, sudoración, náuseas y dificultad para respirar. Es importante que cualquier persona que experimente estos síntomas busque atención médica de emergencia de inmediato.
Una problemática de constante preocupación y estudio por parte de la sociedad médica que, además de iniciativas en terreno, también se reúne para discutir distintos casos clínicos reales de anticoagulación desde la perspectiva de expertos en cardiología y nefrología. El último de estos encuentros se realizó el pasado 31 de agosto con los doctores Fernando González y Christian Karmelic como principales exponentes.